“Pude bajar un montón de kilos y me quedaron buenas curvas. Más no puedo pedir”, sostuvo.

Y añadió: “Ahora, por la calle no paran de piropearme la cola, pero sobre todo las lolas. Con tantas formas, me siento toda una vedette. En los últimos tiempos los hombres empezaron a verme de otra manera y eso está bárbaro”.
La tucumana contó que antes de ingresar al reality tenía muy buen cuerpo pero destacó que sus nuevas curvas no las cambia por nada porque la llenan de “satisfacciones”.
“Ahora no hay quien se detenga a mirarme el escote. Me di cuenta de que ahora ya nadie me mira a la cara y eso me causa mucha gracia”, señaló.
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